Un mundo de sabores y olores dentro de la comodidad de tu casa, conoce todo sobre las plantas aromáticas.
Solamente escuchar los nombres de la albahaca, la menta o el orégano nos transporta a un estado mental tranquilo y fresco. Este grupo de plantas incluye a todas esas que son cultivadas por sus aromas y usos gastronómicos. Le dan vida a los lugares en donde habitan y convierten al olor en una parte inseparable del espacio.
Es por esta razón que para muchos, las plantas aromáticas son su puerta de entrada al mundo de la horticultura y jardinería. Generalmente comienzan con una maceta modesta de alguna aromática común, como el romero, y luego resulta tan gratificante cultivarla que amplían sus horizontes hacia otras plantas del mismo tipo.
¿Imaginas tener a disposición en casa todas las hierbas aromáticas que necesitas para tu consumo y bienestar personal? ¡Claro que es posible! Sigue leyendo para aprender todo sobre las plantas aromáticas.
Contenido
Todo sobre las plantas aromáticas
Cuidado de plantas aromáticas
Según tu espacio, tú mismo serás quien decida si cultivar plantas aromáticas en el jardín o en macetas para tener al alcance de la cocina, siempre y cuando las mantengas alejadas del calor. Estos son consejos generales que pueden funcionar para el cultivo de la mayoría de las plantas de este tipo:
- Luz: la mayoría de estas plantas requieren una buena dosis de iluminación diaria para crecer debidamente. Dota a las tuyas de, al menos, seis horas diarias de luz, sin exponerlas al sol directo.
- Agua: la cantidad y frecuencia de riego va directamente ligada a la especie, pero la mayoría de estas plantas tiene su origen en zonas mediterráneas, donde el clima es relativamente seco. Por lo tanto, se mantendrán sanas con un riego a la semana. Otras necesitarán que su suelo se mantenga húmedo, así que serán un poco más exigentes con el agua que reciban.
- Abono/fertilizante: el estiércol y cualquier otro tipo de abono orgánico o mineral es ideal para las plantas aromáticas, ya que por ser de acción lenta permiten que los nutrientes se liberen después de haberse transformado en la tierra. El momento para hacerlo es al momento de plantar, evitando por completo el contacto con las raíces de la planta. Luego, será suficiente con mantenerla abonada una vez cada temporada.
- Drenaje: la mayoría de las plantas aromáticas necesita que su suelo se mantenga húmedo, pero nunca empapado. Por eso, es imprescindible usar un suelo que permita que fluya el agua. Arcilla expansiva, gravilla y piedras medianas pueden ser una solución para esto. La maceta de tus plantas aromáticas debe tener un orificio en el fondo que deje correr el exceso de agua.
Tipos de plantas aromáticas
Existen muchísimos tipos de plantas aromáticas, pero la gran clasificación las divide en tres familias botánicas: aliáceas, apiáceas y lamiáceas.
Aliáceas
Está conformada principalmente por plantas de bulbo provenientes de las regiones templadas, cálidas y subtropicales del mundo. Tienen un olor fácilmente distinguible y tienden a presentar un tallo esbelto. El ajo y la cebolla son las plantas más características de esta familia.
Apiáceas
Plantas que dan la apariencia de tener una sombrilla, provenientes del hemisferio norte con olor y sabor anisado y tallo hueco. Zanahoria y apio son buenos ejemplos de apiáceas.
Lamiáceas
Arbustos y plantas que provienen en su mayoría de la región mediterránea e incluye a la mayoría de plantas cuyas hojas aromáticas usamos para cocinar. Menta, orégano, tomillo y salvia son algunas lamiáceas.
Cómo hacer un huerto en casa
No solo podrás crecer en tu propia casa los condimentos y hierbas que usas en tu cocina, sino que además el olor y la belleza de tus plantas aromáticas se encargarán de darle a tu espacio un toque distinto. ¡Sobran razones para crear un huerto en casa!
Cuando lees «huerto» tal vez pienses en un gran jardín exterior de hortalizas, pero la realidad es que puedes crear tu propio huerto de plantas aromáticas dentro de casa en una misma maceta. ¿Quieres crear un huerto de plantas aromáticas? Estos son algunos aspectos que deberás tomar en cuenta:
- Es primordial conocer los requerimientos de cada una de tus plantas aromáticas, ya que de esa manera deberás organizarlas en tu huerto personal.
- Lo ideal es agruparlas según sus necesidades; esto hará mucho más fácil el cuidado del huerto y, al momento de regarlas, te asegurarás de que estás haciendo lo correcto por todas. No querrás juntar plantas con necesidades de riego o de sombra distintas, ya que será fatal para tu huerto.
- Las plantas de origen mediterráneo, como la albahaca, prefieren el calor, mientras que la menta y el cilantro crecerán mejor con un poco de sombra.
- Las anuales deben plantarse directamente entre hortalizas porque solo viven durante una temporada antes de su cosecha y las perennes conviene más tenerlas en los bordes del huerto, donde no sufrirán daño en sus raíces por el movimiento de la cosecha de hortalizas.
- Considera también el tamaño máximo que llega a alcanzar cada planta, ya que las que crecen más vigorosamente necesitarán más espacio en el huerto que el resto. La menta, por ejemplo, es conocida por ser una planta invasiva, así que es preferible que tenga su propia maceta en donde no le robe espacio al resto.
Cómo preservar plantas aromáticas
Un jardín de plantas aromáticas es distinto a cualquier otro por el simple hecho de que, al final, la idea es aprovechar el cuidado que le has dado a tus plantas para consumirlas. Ahora, después de crear tu huerto y darle el cuidado necesario a cada una de tus plantas, ¿cómo sacarle el máximo provecho? ¡Aquí te damos algunos tips!
- Cosecha constantemente, no solo tendrás siempre hierbas frescas, sino que además promoverás el crecimiento de tu planta.
- Evita podar de más, ya que accidentalmente podrás matar a tu planta. Como regla general, no arranques más de un tercio de tu planta para que mantenga un crecimiento normal.
- Si tu planta aromática florece, atrasa esta etapa al arrancar las flores apenas nazcan. El sabor se mantiene mejor fuera de la etapa de florecimiento y de esta manera la mantendrás en su etapa de crecimiento durante más tiempo.
- No hay problema si ves que hace falta más de tu planta. Puedes reproducirlas fácilmente con sus propios tallos. En poco tiempo tendrás una planta aromática nueva en tu huerto.
- Después de arrancadas, puedes conservar las hojas en líquidos naturales, como aceites o vinagres. En frascos con aceite de oliva o vinagre de vino blanco o manzana podrás guardarlas durante algunas semanas en un lugar seco y oscuro. Obtendrás aceites y vinagres aromatizados a tu gusto que luego podrás añadir en tus comidas.
- Otra manera es crear una infusión con las hierbas de sabor más fuerte en aceites o agua hirviendo, para luego conservar en el refrigerador.
- Algunas plantas aromáticas, como la lavanda, el orégano o el laurel, se consumen comúnmente deshidratadas. El proceso para hacerlo en casa es muy sencillo: haz pequeños ramos de cada una de tus plantas y cuélgalos boca abajo en un lugar fresco. Pasado un tiempo, las hojas estarán lo suficientemente secas para ser trituradas y luego guardar en bolsas o envases herméticos.
Cocinar con plantas aromáticas
Todo amante de la cocina sabe que el verdadero toque de sabor lo dan las hierbas aromáticas. Un toque de albahaca, un poco de orégano y el fuerte sabor de la hierbabuena y la menta para refrescar un día caluroso son maravillas de la naturaleza que podemos cosechar en nuestra propia casa. Ya tienes tu huerto, ya sabes cómo preservar tus plantas aromáticas y viene la mejor parte: cómo usarlas en la cocina.
La ventaja de usar tus propias plantas aromáticas es que sabrás que están libres de conservantes artificiales y conservarán toda su frescura, ya que prácticamente van de la planta al plato.
Aunque sepas que las hojas de tus plantas aromáticas están libres de químicos, siempre lávalas antes de consumir. Acumulan polvo, partículas de sucio en el aire y tal vez restos de algún insecto que se sintió atraído por su olor.
Ten en cuenta que las hojas y tallos maltratados se marchitarán rápidamente, así que lo recomendable es cortarlos siempre con un cuchillo bien afilado.
Hojas como las de la albahaca, el cilantro y la menta tienen mejor sabor cuando se consumen frescas en vez de secas. Lo recomendable es añadirlas a los platos como toque final, cuando ya toda la preparación está lista. De esta manera, no se desperdician los aceites naturales que les dan su característico sabor.
Otras, como el orégano, el romero y el tomillo también mantienen mejor su sabor cuando están frescas, pero son igual de deliciosas después de deshidratadas.
Todas las cocinas del mundo usan plantas aromáticas para potenciar su olor, y las que añadas a tu plato dependerá de su origen y tus gustos personales. La cocina del medio oriente destaca por usar tomillo y azafrán, mientras que la mediterránea –de donde provienen casi todas las hierbas aromáticas que usamos- es rica en orégano y albahaca. La comida de distintas zonas de Asia tiende a tener un gusto de jengibre y en las Américas se usan el cilantro y perejil en la mayoría de los platos.
Cómo controlar plagas y enfermedades de este tipo de plantas
Las plantas aromáticas son conocidas por su talento para espantar a los insectos. Incluso, se incluyen en los huertos de cierta forma para repeler a los insectos de otras plantas no aromáticas. Pero, como cualquier otra, pueden sufrir también de los ataques de insectos tentados por su olor o enfermedades comunes de las plantas. Los más comunes son el pulgón, la mosca blanca, caracoles y hormigas.
Cuando una planta aromática sufre de alguna enfermedad, generalmente se debe a un error en el cuidado, como exceso de riego o de abono.
Es raro que las plagas animales invadan tus plantas aromáticas, pero apenas notes algún síntoma, deberás actuar con insecticidas biológicos, nunca químicos.
Una vez que apliques el pesticida, deberás esperar un par de semanas antes de utilizar la planta para consumo.